EL LECTOR DE JULIO VERNE, de Almudena Grandes
Nino, hijo de guardia civil, tiene nueve años, vive en la casa cuartel de un pueblo de la Sierra Sur de Jaén, y nunca podrá olvidar el verano de 1947. Pepe el Portugués, el forastero misterioso, fascinante, que acaba de instalarse en un molino apartado, se convierte en su amigo y su modelo, el hombre en el que le gustaría convertirse alguna vez. Mientras pasan juntos las tardes a la orilla del río, Nino se jurará a sí mismo que nunca será guardia civil como su padre, y comenzará a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las Rubias, donde una familia de mujeres solas, viudas y huérfanas, resiste en la frontera entre el monte y el llano. Mientras descubre un mundo nuevo gracias a las novelas de aventuras que le convertirán en otra persona, Nino comprende una verdad que nadie había querido contarle. En la Sierra Sur se está librando una guerra, pero los enemigos de su padre no son los suyos. Tras ese verano, empezará a mirar con otros ojos a los guerrilleros de Cencerro, y a entender por qué su padre quiere que aprenda mecanografía.
Libro recomendado por: MARIA JOSE
El lector de Julio Verne es la segunda novela de la serie Episodios de una guerra interminable de la escritora madrileña Almudena Grandes. La primera fue Inés y la alegría. Son de lectura independiente. Tienen en común el hecho de tratar historias relacionadas con la Guerra Civil española y, sobre todo, con la posguerra, pero solo un guiño, al final de esta segunda novela, aludiendo al restaurante “Casa Inés” nos recuerda que se trata de una serie.
Esta nueva entrega transcurre a lo largo de dos años: 1947 a 1949, en un pueblo de las sierras de Jaén. Nino, hijo de guardia civil, que vive en la casa cuartel, nos cuenta las aventuras que vivió en aquella época, cuando tenía entre nueve y once años. Conoceremos a través de sus ojos a personajes tan carismáticos como Pepe el Portugués, a Antonino que se debate con dignidad entre sus principios y la necesidad de sacar adelante a su familia, al bandolero Cencerro, a doña Elena, a las Rubias y a una multitud de personajes que se nos quedarán grabados.
Su autora dice que es una novela de aventuras, y lo es. Pasan muchas cosas. Pero, para mí, es mucho más que eso, porque consigue, sobre todo, transmitir sensaciones y sentimientos. Podremos respirar el miedo, la opresión, el odio…, y también sentiremos ternura, asombro, admiración…
Lo mejor de esta obra son los personajes, con sus contradicciones, fuertes y vulnerables al mismo tiempo. No es una novela de buenos y malos, aunque la autora deja claro su planteamiento ideológico, pues el escenario en el que se desenvuelven los protagonistas sí es claramente bicolor y no admite dudas: hay un bando de buenos y uno de malos. Y este dogmatismo me parece un poco incoherente con la empatía y transigencia que muestra con las debilidades humanas en el conjunto de la novela. Esto es casi lo único que no me ha gustado de El lector de Julio Verne. Esto y el capítulo 4, que, a mi entender, sobra completo. Pero por lo demás es una novela espléndida que se lee de un tirón, con el corazón trabajando tanto como la vista o la mente. Y cuando acabas, te das cuenta de que hay que volverla a leer porque has corrido demasiado, has pasado por alto muchos detalles, no has disfrutado de todo lo que la autora ofrece.
Debo reconocer que lloré en una de las escenas del libro, que quedará en mi memoria como ejemplo de dignidad. Para los que aún no lo habéis leído solo os diré que es cuando Joaquín Fingenegocios abandona el cuartel de la Guardia Civil.
Sobre la forma en que está escrito, siendo una pedantería por mi parte opinar, me llama la atención la manera de contar las conversaciones, evitando los diálogos continuos, pero consiguiendo el mismo resultado. En las primeras páginas produce un poco de desconcierto, pero enseguida se vuelve natural. El recurso de utilizar a un niño como narrador es muy eficaz para dotar a la novela de inocencia y sinceridad, aunque hay que reconocer que es un niño demasiado sensible y maduro para su edad.
En resumen, es un libro que recomiendo sin dudar, sobre todo porque emociona, pero también porque ayuda a analizar algunas situaciones y a reflexionar sobre ellas y sobre las personas involucradas. Mi nota para esta novela es un 9 sobre 10.
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