20 enero 2013

SUGERENCIAS 2012

YA PUEDES VER LOS LIBROS MAS RECOMENDADOS POR LOS LECTORES

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NOTA: Como ya sabeis la biblioteca a permanecido cerrada. Es por lo cual que los datos aqui recogidos son a fecha 30 de noviembre de 2012. Disculpad las molestias.



19 enero 2013

LIBRO RECOMENDADO

EL TANGO DE LA GUARDIA VIEJA, de Arturo Pérez-Reverte
Novela agridulce de espionaje, intrigas y traiciones que parte de la vieja Europa anterior a las grandes guerras y que termina ya entrados los años 60.

Descubre la última novela de uno de los autores más vendidos en lengua castellana, Arturo Pérez Reverte.









Libro recomendado por: MARIA JOSE POBLET



08 enero 2013

MENSAJERO REAL

MENSAJERO REAL

Viernes 4 de enero de 2013

Como todos los años el 4 de enero nos visitó Abdul, uno de los  Mensajeros Reales del Rey Gaspar,  en la mano portaba las cartas que los Magos de Oriente enviaban a los niños almoldanos, muchos nervios e impaciencia se respiraba en el ambiente, todos los pequeños querían descubrir que mensaje y cuales serían los juguetes que al día siguiente recibirían de manos de sus majestades. Alguno que otro soltó algunas lagrimillas pero todos se fueron muy contentos con su misiva y las chuches que el paje repartió.


 Esta actividad como ya viene siendo costumbre tiene un gran éxito de asistencia  y de participación, se repartieron 37 cartas y rondaríamos las 100 personas en cuanto a los asistentes.




07 enero 2013

LIBROS RECOMENDADOS
















Libros recomendados por: MARIA JOSE POBLET

He leído en poco tiempo dos magníficas novelas que hacen referencia a un período muy interesante de la historia de España: la guerra de Sucesión. Una de ellas es Donde se alzan los tronos de Angeles Caso y la otra Victus de Albert Sanchez Piñol.

La primera se centra en Felipe V y en su entorno: su abuelo el Rey Luis XIV, su esposa María Luisa Gabriela de Saboya y, sobre todo, la princesa de los Ursinos, Mariana de Trémoille, que es la verdadera protagonista de la novela. El análisis psicológico de los personajes es muy profundo. Se viven con intensidad las intrigas cortesanas y las complejidades de la política y está bien retratado el ambiente histórico. Pero esta novela no pretende analizar la guerra de sucesión, ni la situación del país. La guerra es el escenario exterior de lo que transcurre en palacio. Está muy bien narrada y se lee con facilidad. Desde mi punto de vista le falta emoción, es un poco “plana”. Por otra parte, creo que el primer capítulo que narra la inspiración de Carlos II, sobra. Pero en conjunto mi puntuación es de 7,5/10

La otra, Victus, se centra en el sitio de Barcelona en 1714, es decir en el final de la guerra. El protagonista es un personaje real, Martí de Zubiría, un ingeniero militar. Es una novela ambiciosa, tanto que en algunos momentos pierde la objetividad al describir la situación política del país. Es muy original el planteamiento de la guerra desde el punto de vista de los ingenieros que, en realidad, eran mercenarios al servicio del ejército que les pagara, y el entrenamiento necesario para llegar a serlo. Es una novela épica, con una gran variedad de personajes bien definidos y creíbles. Aporta mapas y datos que ilustran lo que es difícil de describir. Desde el punto de vista literario creo que ése es el único defecto, la falta de descripciones. Pero no le hace falta. Está escrita en primera persona de forma retrospectiva por un Zubiría anciano, cuya semblanza no me ha gustado nada, especialmente la forma en que trata a la amanuense. Pienso que, además de no aportar nada a la narración, no se corresponde con el personaje que se describe en el cuerpo de la novela. La última parte del libro te transporta y te mete de lleno en la batalla, dejándote sin aliento; es de lo mejor que he leído nunca. Por eso me parece innecesario que manipule la historia, porque, eso sí, con la excusa de poner las palabras en boca de su protagonista, expone la situación política basada en medias verdades, y, en algunos casos en claras falsedades. Por todo ello me resulta difícil darle puntuación. Desde el punto de vista de la novela le doy un 8/10. De histórica un 4/10

En resumen, recomiendo las dos novelas, que son complementarias en el terreno en que se desenvuelven, e incluso en el período temporal, ambas están muy bien escritas, nos van a hacer disfrutar de la lectura, una de forma más intimista y otra en forma de acción y aventura apasionantes. Pero creo que es una buena oportunidad para aprender algo de la historia de España que los dos autores, por distintos motivos, han dejado escapar. Por eso recomiendo que en el aspecto histórico nos documentemos por otros medios, quizá incluso antes de leer las novelas para luego poder separar el grano de la paja, la realidad de la ficción cuando estemos disfrutando y divirtiéndonos con la lectura. Para simplificar os dejo aquí un resumen ultrarrápido de la historia (sólo los aspectos objetivos)

Nunca ha existido el título de Rey de Cataluña ni un Reino de Cataluña. La Corona de Aragón era el conjunto de territorios sometidos a la jurisdicción del Rey de Aragón. Cada uno de esos territorios tenía sus propias instituciones (Cortes) que le otorgaban sus Fueros y libertades (también propias de cada territorio) y el Rey debía jurar ante las Cortes (todas) que defendería esos derechos. Las Cortes las convocaba el Rey. El Condado de Barcelona se incorporó a la Corona de Aragón por la boda de Ramón Berenguer IV con Petronila de Aragón. Se le daba poder para gobernar a Ramón Berenguer que se convertía así en “princeps” (Príncipe de Aragón) pero no se le convertía en Rey, seguía siendo conde de Barcelona. Había muchos condados catalanes y un reino de Aragón. Insisto, cada territorio seguía rigiéndose por sus normas y obedeciendo a sus instituciones, pero tenían el mismo Rey. Jaime I el Conquistador, incorporó otros territorios a la Corona (Valencia, Mallorca, Nápoles,…) con la misma filosofía y unificó los condados catalanes marcando el Cinca como divisoria entre Aragón y Cataluña en 1244.

Cuando Fernando se casó con Isabel adoptaron una solución similar. Decidieron que hubiera un solo rey (su heredero) para todos los territorios españoles, que mantenían las instituciones y derechos propios de cada uno, que tenía la obligación de jurar ante las Cortes correspondientes que iba a defenderlos. Es decir, eso que nos contaron en el colegio de que los Reyes Católicos unificaron el país políticamente no es cierto. Andalucía fue un caso especial porque se ganó por conquista para Castilla y se integró en ella en todos los sentidos (al igual que Galicia y León que eran de Isabel) no teniendo instituciones ni normas especiales propias. Sobre todas ellas tenía jurisdicción el Consejo de Castilla.

El impuesto que recaudaban en cada territorio para la Corona correspondiente se llamaba Generalidad. Para su recaudación y gestión se constituyeron las Diputaciones de la Generalidad (Generalitat) constituidas por representantes de los distintos estamentos de la sociedad (eclesiásticos, villas y ciudades, caballeros y nobles). Efectivamente la más antigua es la Generalitat catalana que se constituyó en 1359, y la de Aragón en 1372. Además tenían la misión de representar a sus propios territorios en el período entre Cortes, intervenir en asuntos internos y externos de carácter fiscal, administrativo y político y la salvaguarda y buen cumplimiento de los fueros y libertades. Como a los Reyes no les convenía mucho convocar Cortes estos períodos fueron cada vez más largos y las Generalidades iban teniendo cada vez más poder. Felipe II (en 1592) después del episodio de Antonio Pérez y la ejecución del Justicia de Aragón les recortó parte de su poder, impidiendo que los diferentes territorios armaran ejércitos y que dedicaran los impuestos recaudados para ello. Pero las Cortes, los fueros, las cancillerías (que en el caso de Cataluña emitían todos los documentos en latín, catalán y aragonés) seguían existiendo, legislando y gobernando de forma independiente en cada territorio.

Felipe V no era un usurpador, era el heredero elegido. Carlos II (de la dinastía de los Austrias) muere sin descendencia en 1700, dejando en el testamento el trono a Felipe V de Anjou, nieto del poderosísimo Rey de Francia Luis XIV, es decir de la dinastía de los Borbones. Esto es lo que pone el testamento en su cláusula 13:
“Reconociendo, conforme a diversas consultas de ministro de Estado y Justicia, que la razón en que se funda la renuncia de las señoras doña Ana y doña María Teresa, reinas de Francia, mi tía y mi hermana, a la sucesión de estos reinos, fue evitar el perjuicio de unirse a la Corona de Francia; y reconociendo que, viniendo a cesar este motivo fundamental, subsiste el derecho de la sucesión en el pariente más inmediato, conforme a las leyes de estos Reinos, y que hoy se verifica este caso en el hijo segundo del Delfín de Francia: por tanto, arreglándome a dichas leyes, declaro ser mi sucesor, en caso de que Dios me lleve sin dejar hijos, al Duque de Anjou, hijo segundo del Delfín, y como tal le llamo a la sucesión de todos mis Reinos y dominios, sin excepción de ninguna parte de ellos. Y mando y ordeno a todos mis súbditos y vasallos de todos mis Reinos y señoríos que en el caso referido de que Dios me lleve sin sucesión legítima le tengan y reconozcan por su rey y señor natural, y se le dé luego, y sin la menor dilación, la posesión actual, precediendo el juramento que debe hacer de observar las leyes, fueros y costumbres de dichos mis Reinos y señoríos.”

A espaldas de Carlos II, previendo la muerte del rey sin descendencia, las grandes potencias europeas ya habían hecho tratados de cómo repartirse los territorios españoles (que incluían gran parte de América y algunas zonas de Flandes e Italia). Carlos II (y sus validos) pensaron que dándole la herencia a Francia impedirían el desmembramiento de España (y no se equivocaban). Los territorios de la Corona de Aragón, que guardaban rencor contra Francia por haber conquistado los condados catalanes al norte de los Pirineos, apoyados y azuzados por Inglaterra Países Bajos y Austria (que temían una Francia demasiado poderosa) y con el liderazgo de la esposa del Rey Carlos II, Mariana de Neoburgo, no aceptaron al rey borbón y nombraron rey a Carlos III de Austria, desencadenándose así la guerra de Sucesión, que en realidad fue una guerra mundial (comenzó en los territorios españoles en Italia) y también civil. Tenían razón en desconfiar, porque Felipe quería un reino centralista y homogéneo como el francés y en cuanto ganó la batalla de Almansa emitió los Decretos de Nueva Planta (1707) para Aragón y Valencia y después en 1715 los de Cataluña y Mallorca. Mediante estos Decretos eliminó las Cortes (mantuvo el Consejo de Castilla), los privilegios, libertades, el idioma catalán en documentos oficiales y la libertad recaudatoria (excepto en Navarra, provincias vascongadas y valle de Arán, que le habían sido fieles en la guerra).Se constituyeron las Intendencias provinciales en sustitución de las Generalidades. Sólo se mantuvieron algunas particularidades forales en el derecho privado (civil, mercantil, procesal y penal). Es entonces, con la consolidación en el trono de Felipe V, cuando en realidad nace una España única en el sentido político. Las potencias europeas firmaron en 1713 el Tratado de Utrecht, en el que España perdía sus posesiones en Europa y conservaba los territorios metropolitanos (a excepción de Gibraltar y Menorca, que pasaron a Gran Bretaña) y de ultramar. También renunciaba Felipe V a reclamar la corona francesa mientras fuese rey de España.

Felipe V tuvo el reinado más largo de todos los tiempos en España. Padeció graves problemas mentales. Los Reyes actuales son de su misma dinastía (Borbones). Pero todo eso son otras historias