Lorena Marín
LEYENDA DEL FARDACHO
Cazaban los fardachos, los limpiaban y los asaban a la
parrilla, una vez asados se los comían.
Tenían que comérselos muy despacio y con mucho cuidado
porque cuenta la leyenda que si te comías un hueso de fardacho no podías hacer
de vientre (cagar).
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